En Aragón, hasta siete mataderos están certificados como ecológico.
Produciendo alimentos de origen animal sin riesgos para la salud y respetando el medio ambiente. Estos mataderos procesan carne de cerdo, vacuno, pollo, caprino y ovino. Aunque solo representan el 1% del sacrificio total, el número de ganaderos ecológicos ha aumentado un 28% en el último año, llegando casi a 100.
Un ejemplo es Luis Lascorz, ganadero ecológico que utiliza un matadero ecológico en Aínsa. Trabaja con ganaderos locales que crían y alimentan a sus animales de manera natural, cumpliendo estrictos protocolos de limpieza y trazabilidad. Más del 20% de la carne sacrificada en este matadero es ecológica y se vende localmente, minimizando el transporte y reduciendo la huella de carbono.
Estas instalaciones promueven la sostenibilidad, los productos locales y la economía cercana. Los restos de carne no consumidos se destinan a un muladar gestionado por la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, donde son aprovechados por aves carroñeras como el quebrantahuesos y el alimoche, contribuyendo así a la conservación de especies amenazadas.
En este ciclo, más de 30.000 kilos de restos procedentes del matadero se destinan anualmente al comedero de aves rapaces, cerrando así el ciclo de aprovechamiento sostenible de recursos y fomentando la conservación de la biodiversidad local.
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