El modelo de gestión en el que Ecofes gestiona su ganadería, con 80 animales, tiene una de sus claves, además de en el modelo de ganadería ecológica, en la importancia de la pradera.
«Mis vacas solo comen forraje y en un momento en el que los pastos están dando lo mejor de sí, por lo que rotan por muchos lugares». Además, en opinión de Lascorz, «este modelo puede revertir el cambio climático, ya que la fijación de carbono que suponen las praderas supera las emisiones. Cuando este forraje no se consume, se degrada en el invierno y puede ser fuente combustible en caso de incendio».
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El modelo de gestión en el que Ecofes gestiona su ganadería, con 80 animales, tiene una de sus claves, además de en el modelo de ganadería ecológica, en la importancia de la pradera.
«Mis vacas solo comen forraje y en un momento en el que los pastos están dando lo mejor de sí, por lo que rotan por muchos lugares». Además, en opinión de Lascorz, «este modelo puede revertir el cambio climático, ya que la fijación de carbono que suponen las praderas supera las emisiones. Cuando este forraje no se consume, se degrada en el invierno y puede ser fuente combustible en caso de incendio».