María José Rubio-Cabetas, de la Unidad de Hortofruticultura del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), es la investigadora principal del proyecto ECOALTE cuyo objetivo más importante medioambientalmente será explorar y estudiar la microflora y microbiota del territorio.

¿En qué consiste y cuáles son los objetivos del proyecto del CITA que dirige, ECOALTE?

ECOALTE quiere promocionar el cultivo ecológico del almendro en Teruel, ayudar al desarrollo rural de esas zonas, buscar alternativas de cultivo y que realmente este tenga demanda. No debemos olvidar, por supuesto, la diversificación que siempre es buena.

¿Por qué se ha elegido Teruel para esta investigación? ¿Cuáles son las características de esta provincia?

Se eligió porque la provincia tiene muchas zonas de almendro y olivo, existían varias iniciativas y tiene muchos jóvenes agricultores formados en agroecología y transformación de la almendra. Teruel es perfecta porque es una provincia muy diversa, posee la zona de Matarraña y Bajo Aragón típica de almendro, pero también las vegas de San Martín del Río o secanos que se han acondicionado para el almendro, por ejemplo. Teruel es muy diversa orográficamente y la demanda de almendra ecológica va en aumento por lo que se sigue apostando. Las condiciones naturales, zona no húmeda donde las enfermedades pueden controlarse, son las propicias para este cultivo y Aragón las cumple. Además, desde el CITA hemos desarrollado un material vegetal adaptado a Aragón, donde se incorpora la resistencia a las enfermedades más comunes que hay.

Y en general en España, ¿cómo ha sido el cultivo del almendro y hacia dónde se camina?

El cultivo del almendro en España ha sido una revolución, propiciada, en primer lugar, por el aumento de la demanda. Hay muchos estudios que avalan a la almendra como el alimento más equilibrado, porque todas sus propiedades, proteínas o ácidos grasos los posee de manera equilibrada en cada grano. Además, cada vez más países se preocupan por la alimentación y en su dieta no puede faltar la almendra, por lo que hay mucha exportación.

El mercado de la almendra está muy marcado por los americanos, que son los que más producen y hace años hicieron una labor de marketing muy grande para venderla. Nosotros producimos muy poco, pero nos hemos aprovechado de ese tirón. Esto quiere decir que España, sin poseer ese marketing americano y gracias a la tradición y a elaborar material vegetal con el almendro, ha logrado una revolución y le ha pillado el auge muy bien situada.  La genética de los almendros españoles es la mejor.

¿Por qué es importante el cultivo ecológico de la almendra?

Es muy importante, primero, porque hay demanda de productos ecológicos y nosotros exportamos. Alemania y Francia, por ejemplo, están comprando mucho gracias al valor añadido de esos productos. En España y Aragón, estamos hablando de un producto de tierras áridas, lo que quiere decir que el cultivo tradicional ya estaba en ecológico. Es un producto que se deja manejar fácilmente en las condiciones de ecológico. Sería, por ejemplo, más difícil cultivar almendro ecológico en Portugal por la influencia de su clima atlántico, donde no es tan fácil manejar el control de enfermedades.

El 20 de agosto se publicó la primera cotización, porque estamos empezando la cosecha ahora, y aunque este año ha bajado mucho la cotización de la almendra y los precios, los datos eran los siguientes:

  • Almendra melona (una variedad de Aragón): 3,67 euros/kilo
  • Comuna tradicional: 3 euros/kilo
  • Almendra ecológica: 7,40 euros/kilo

¿Se podría decir que Aragón es pionera en la investigación y valorización de la producción ecológica del almendro con este proyecto?

No sé si el proyecto es pionero, pero lo que sí es seguro es que en Aragón va a tener implantación porque la comunidad tiene condiciones muy buenas. Se puede aprender de lo que hacían nuestros abuelos y hacer las cosas con el conocimiento de siempre, el tradicional, es ecológico y podemos llegar muy lejos.

Al menos en lo que sí que va a ser el proyecto pionero es en estudiar toda la microbiología y microbiota del suelo. Eso será lo más importante medioambientalmente, explorar esa microflora y microbiota de cada territorio, algo para lo que es imprescindible la formación constante. El enfoque quizá sí sea pionero, porque estamos en contactos con los productos más punteros que se desarrollan a nivel industrial y con jóvenes agricultores que se lo toman en serio.

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