“Un uso incorrecto de fertilizantes puede tener un impacto negativo en la conservación de los recursos”

Jorge Álvaro Fuentes desarrolla su trabajo en el Departamento de Suelo y Agua de la Estacion Experimental del Aula Dei, entidad perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

¿Qué caracteriza al suelo agrícola aragonés? 

Aragón es una región con una importante variabilidad en términos de climatología, relieve o litología. Esto hace que, en función de la zona geográfica en la que nos encontremos, tengamos suelos con diferentes características. Por ejemplo, en una zona como la zona media del valle del Ebro, en donde se encuentran los suelos con una mayor aridez y una mayor exposición al viento, el riesgo de erosión eólica (por la acción del viento) será importante.

¿Qué importancia tiene el suelo en la calidad de los cultivos?

El suelo es el sustrato base en el que las plantas se desarrollan y viven. Por tanto, resulta fundamental conseguir que nuestros suelos tengan unas óptimas condiciones tanto físicas, químicas como biológicas. Esto nos permitirá un correcto crecimiento y desarrollo de nuestros cultivos.

¿Cómo repercute el uso de fertilizantes y fitosanitarios químicos en el suelo?

Un uso incorrecto de fertilizantes y/o fitosanitarios puede tener un impacto negativo en la conservación de los recursos. En consecuencia, resulta esencial un correcto y adecuado uso de estos productos con el fin de conservar y preservar los recursos suelo, agua y aire.

¿Qué papel puede desempeñar la agricultura ecológica en todo este proceso?

Los sistemas de producción de agricultura ecológica tienen una regulación en base a una normativa establecida que puede ayudar a reducir el impacto ambiental de sus actividades. No obstante, hay que tener en cuenta que determinadas actividades que se llevan a cabo en sistemas de producción de agricultura ecológica también pueden tener un impacto ambiental importante. Un ejemplo es el laboreo del suelo para controlar las malas hierbas. Esta práctica de manejo, favorece la mineralización y pérdida de la materia orgánica del suelo y en consecuencia, hace disminuir la capacidad del suelo para secuestrar carbono atmosférico.

¿Cómo puede entonces lograrse un modelo agrícola más equilibrado y sostenible?

Mediante un uso racional y adecuado de los insumos agrícolas y a su vez, con sistemas de manejo del suelo que permitan una conservación de los recursos suelo, agua y aire. Un ejemplo, sería la adopción de técnicas de manejo de producción integrada que permitan unos sistemas agrícolas sostenibles a largo plazo.

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