En el texto, aprobado por 452 a favor, 170 en contra y 76 abstenciones, la Cámara señala que los objetivos de reducción de plaguicidas “son alcanzables”, pero su viabilidad depende de la disponibilidad de alternativas más seguras, eficaces y eficientes. Al respecto, hace hincapié en la necesidad de “establecer procedimientos acelerados de evaluación, autorización y registro de plaguicidas no químicos de bajo riesgo, garantizando al mismo tiempo que su evaluación aplique el mismo nivel de rigor que el de otras sustancias”, e invita a la Comisión a apoyar a los países “en la mejora de sus sistemas de supervisión, seguimiento y aplicación adecuada de las normas sobre el uso de plaguicidas, y a reforzar la comunicación con los usuarios finales y la sensibilización de estos”.